El Brexit, es una combinación de las palabras “Britain” (Gran Bretaña) y “exit” (salida), lo cual se refiere al proceso mediante el cual Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea (UE).
Este proceso político se produjo el 1 de febrero de 2020, y marcó un antes y un después en la UE. Fue un proceso largo y costoso ya que empezó en 2016 y hasta 2020 no se dio la salida oficial de Reino Unido de la Unión Europea.
Consecuencias
El brexit ha tenido múltiples consecuencias políticas, económicas y sociales tanto en el Reino Unido como en la Unión Europea.
En términos económicos, se han modificado los tratados comerciales y arancelarios, lo cual ha afectado las cadenas de suministro y variado el valor de la libra esterlina.
A nivel político, se ha constatado una reestructuración de las leyes y regulaciones que antes estaban coordinadas con las de la UE.
Socialmente, se han visto cambios en los derechos de los ciudadanos de la UE que residen en el Reino Unido y viceversa.
Aduanas
Con el Brexit, se producen cambios significativos en la relación aduanera entre el Reino Unido y la UE. Desde el 1 de enero de 2021, se han vuelto a implementar inspecciones aduaneras integrales en la frontera entre el Reino Unido y la UE, incluidas inspecciones físicas, verificación de documentos, etc.
Los controles aumentan los costos y provocan retrasos comerciales, ya que las mercancías tienen que pasar por procedimientos adicionales que no existían cuando el Reino Unido formaba parte del mercado único y la unión aduanera. Ahora es necesario presentar las declaraciones de importación y exportación, junto con los documentos necesarios para el despacho del producto y la clasificación arancelaria.
Esto ha aumentado significativamente la carga administrativa para los transportistas. Además, la planificación de rutas y la gestión de la capacidad se han vuelto más complejas, lo que afecta la eficiencia y rentabilidad de las operaciones de transporte entre el Reino Unido y la UE.